sábado, 8 de agosto de 2009

EL RUBÍ

Rubí

el señor de las piedras

Cuenta una leyenda oriental que el rubí es una “gota de sangre del corazón de la tierra” que
une a los humanos en un todo universal.

Ficha técnica

Su nombre viene del latín -“rubeus” significa rojizo-.
Pertenece a la especie mineral del corindón. Es un óxido
de aluminio o alúmina, del cual un 1% y un 4% sustituido
por cromo, que es el responsable de su color rojo. Si
además contiene trazas de óxido, de hierro, se obtienen
ejemplares con tonos más pardos. Esta variedad va del
rojo naranja al rojo púrpura, pasando por colores
intermedios, siendo el más apreciado “el sangre de
pichón”, birmano.

Su dureza lo sitúa en el segundo lugar en la escala de
Mohs con un 9. Aunque en la roca presenta un aspecto
opaco y graso, tras el pulido, su brillo es casi como el del
diamante.
Es frágil, un golpe seco puede crear fracturas internas, y
éstas llegar hasta la superficie. Carece de exfoliación, su
fractura es concoide, pequeña, irregular, áspera y
astillosa.
Cristaliza en el sistema trigonal en forma de prismas con
seis caras, tablas o romboedros.
Teofrasto y Plinio decían que el rubí emitía luz roja al ser
iluminado por el Sol, y tenían razón. Es la fluorescencia
roja que presenta inducida por la luz blanca. No funde a
la llama y los ácidos no lo atacan.
El tipo de talla está en función de la claridad del material
(las inclusiones no rebajan calidad, sino que le otorgan
legitimidad frente a los sintéticos). A las gemas más
transparentes se les saca mayor partido con una talla
esmeralda o mixta (ejemplares grandes y transparentes
son más difíciles de encontrar que si fueran diamantes).
Para materiales más opacos, con asterismo o efecto ojo
de gato, es más aconsejable el cabujón.
El rubí nace acompañado de espinelas, berilos, circón,
turmalina, granates,micas y sulfuros que muchas veces
se convierten en inclusiones.

Yacimientos

Birmania:
Mogok: Se encuentran los míticos “sangre de pichón”.
Agujas de rutilo doradas, formando sedas, velos o plumas
con líquido o gas. Torbellinos de color.
Mong Hsu: Núcleo violeta y corteza roja. Marcada
tonalidad de color. Planos de crecimiento con inclusiones
blancas (moscovita), muchos velos y fluorita.
Sri Lanka: Tonos más claros con tendencia al violeta y
rosa. Laminillas de mica y hematites; prismas de apatito,
agujas de rutilo de color pardo oscuro. Inclusiones
líquidas y en dos fases con forma alargada. Bandas de
color superpuestas en escalones.
Tailandia: Los tonos son más oscuros porque contienen
hierro. Inclusiones blanquecinas que recuerdan las vetas
del mármol. Bandas de color entrelazadas. Cristales
pardo oscuros hexagonales de apatito; inclusiones
líquidas en forma de “tela de araña”. Maclas
polisintéticas. Inclusiones negras de Torita.
Chantaburi: Predominan rubíes estrella con cristales de
almandino rodeados de grietas de tensión.
Vietnam: Plaquitas naranja de Norstandia Al OH3.

África:
Madagascar: Maclas polisintéticas, cristales de zircón
que destacan por su relieve aparente.
Tanzania: Por lo general, los colores son más claros con la
excepción de Morogor en donde se encuentran
ejemplares espectaculares porque contienen gran
cantidad de Cromo. Como inclusiones, cristales negativos
y sedas.

Rubíes célebres

El más conocido se encontró en Birmania,
pesaba 400 quilates y se dividió en tres
partes. Es el Edward 167 quilates, que se
encuentra en el museo de Historia Natural
de Londres. Otros conocidos son: El Estrella
de Reeves de 138,7 quilates en el Smithsonian
de Washington; el Estrella-Long 100 quilates
en el museo de Historia Natural de Nueva
York; y el rubí de la Paz de 43 quilates,
llamado así porque se encontró en 1919 al
finalizar la primera guerra mundial. Existe
una escultura en rubí de 2890 quilates en
Estados Unidos que se llama ECCE HOMO.

Historia

En la época romana era común pensar que se trataba de
una gema rejuvenecedora. Las mujeres la utilizaban
como joya y bebían vino energetizado con ella para
conservar la piel tersa. Se consagró al dios Apolo.
En China fue considerada como la mejor ofrenda para
Buda, y en India para Krisna. Cuentan que la morada del
dios Sol estaba construida por rubíes y pavimentada de
esmeraldas; y que la pared occidental de la montaña
sagrada MEROU era de esta gema.
Los hindúes piensan que no puede ser tocada o tallada
por alguien que no posea un desarrollo espiritual
elevado; de ser así, perderá todo su poder y hasta puede
llegar a romperse.
Existe la creencia de que se oscurece cuando la
negatividad, el peligro o la enfermedad rondan a su
dueño. El Islam cuenta la leyenda de que la piedra
sagrada de la Meca era un hermoso rubí muy brillante,
que se volvió negro por la voluntad de Alá, debido a los
pecados de los hombres.
El Cristianismo erigió a esta gema como símbolo de
caridad, de la victoria del espíritu, del hombre perfecto, y
designa con ella a Jesús, Santiago el Mayor y San Pedro.
Los anillos de los obispos la llevan como signo de
desposorio de estos con su diócesis.
En la Edad Media, el elixir de rubí se utilizaba para
estimular el apetito y aumentar las defensas. Disuelto en
una bebida caliente, detenía hemorragias internas,
reforzaba el corazón, cerebro y clarificaba la sangre en
caso de envenenamiento.
Pulverizado sobre la piel, mejoraba pústulas y eccemas,
actuando como un exfoliante y hemostático natural.

Tradición y magia

Se la llamó piedra de la confianza, portadora de buena
suerte, salud, amor y éxito en la política. Durante
décadas fue gema de caballeros, guerreros, emperadores
y dioses mitológicos. En el S. XIII existía la convicción de
que aumentaba las riquezas de su dueño, y que eran más
efectivos si antes de usarlos se les gravaba la imagen de
un dragón o una víbora. Ofrece protección frente a
enemigos, espíritus malignos y magia negra. Es
caprichoso, egocéntrico y no ejerce poder alguno, cuando
quien lo lleva es inconstante o está desesperado. Según
Bernard de Mandeville (filósofo inglés, 1670-1733), el rubí
era considerado como símbolo de victoria y podía
adquirir propiedades maléficas si se usaba en la mano
derecha.

Gemoterapia

Posee una enorme energía y un amplísimo campo de
acción. Afín a todos los chakras, su mejor entrada en
el cuerpo es por el vórtice sacro, plexo solar, palmas
de las manos; y en el caso de que tenga asterismo, el
chakra de la corona.
Es muy complicado trabajar con ella, se debe ser muy
constante y paciente, acercarse poco a poco, con
mucho respeto y dejarse conducir, ya que ella es la
que manda. Su energía y nuestra respiración han de
vibrar en la misma frecuencia; es entonces cuando se
siente bien y trabaja a pleno rendimiento.
Algo caprichosa, le gusta que la lleven en continuo
contacto con la piel; prefiere estar sola, pero si no
queda otro remedio, lo mejor es rodearla de
diamantes que amplifican su energía sin interferir.
No es aconsejable montarla junto a zafiro azul en la
misma pieza, sus energías se neutralizan. Pero si
utilizamos rubí en periodos largos, entonces es
recomendable el uso de zafiro azul en la parte
opuesta del cuerpo (mano derecha, mano izquierda),
con la mayoría de gemas potentes es bueno
mantener esta precaución. Éste actúa como una
toma de tierra, el organismo queda protegido ante
una sobrecarga indeseable en un momento
inoportuno.

El fuego del Rubí calienta el corazón, eleva el nivel de
oxígeno en sangre; así se explica que mejore la
circulación a nivel de capilares y con ella la memoria,
la capacidad de concentración y la regeneración de
los tejidos. Por eso desde la época romana, se la ha
considerado como una de las gemas
antienvejecimiento por excelencia. Tonifica el cuerpo
en general, en periodos cortos y aislados de
depresión leve o estacional, nos levantará el ánimo y
hará aflorar nuestra propia seguridad aletargada.
Es fuerte, independiente, innovadora y con una
sinceridad casi cruel. No es una gema para meditar,
pero la podemos utilizar para ver dentro de nosotros.
Ayuda a disipar temores, a desbloquear las tensiones
que no permiten fluir los sentimientos por miedo al
ridículo. Ayuda a aceptarnos tal cual somos, y nos
recuerda que en la vida no siempre es bueno tenerlo
todo bajo control. Su energía es fuerte y apacible,
comparable más a la astucia, que a la ira. Si nuestro
temperamento es colérico, nos dejamos arrastrar por
la ambición con facilidad. Es mejor ni acercarnos,
pues ella amplifica todas esas emociones y podemos
llegar a la autodestrucción. De todos modos, sería
bueno tener presente un Rubí siempre en el ánimo,
para no dejarnos desbordar por los conflictos de la
vida.
Cuentan que tanto mujeres como hombres de
carácter fuerte y elevado destino nacen con un Rubí
interior, ¿será verdad?

texto © copyright

5 comentarios:

  1. ¡Assuu...!, sólo sabía sobre su precioso color. Información completa la que das ..... ¿Me regalas uno? .....
    ¡Saludos Niña de las Piedras!
    .

    ResponderEliminar
  2. Rubí... incluso inspirador de muchos nombres a feminas y novelas... muy buena descripción... un día nos cultivas con lo que equivale un kilates y todas esas cosas relacionadas con las gemas y piedras preciosas, título que merecen todas...

    4s

    ResponderEliminar
  3. el kilate es la quinta parte de un gramo Calambur,perdón no haberlo visto antes

    ResponderEliminar
  4. Hola!. Que tal? el rubí se puede combinar con una esmeralda?.Saludos

    ResponderEliminar
  5. Hola Mauricio manu, claro que se puede combinar con una esmeralda, aunque la verdad las dos son gemas muy potentes, a mi personalmente me gusta notar sus energías por separado, pero sobre gustos no hay nada escrito. Prueba y nos cuentas......
    saludos
    Isabel

    ResponderEliminar