El comercio de la esmeralda se remonta al año
4.000 a.C., en un mercado consagrado a la diosa
Venus en Babilonia. Se tomó como símbolo de
“inmortalidad y fe” y se decía que era
beneficiosa para la vista. Las primeras minas
fueron las de Cleopatra, a 15 millas al Norte de
Assuam en Egipto, más tarde explotadas por los
romanos y luego por los árabes hasta el siglo VIII
d.C.; las gemas eran algo pálidas y turbias, pero
se encontraron en grandes cantidades. Plinio fue
el primero en reconocer que pertenecía a la
familia del Berilo (hasta el siglo XIX no se le dio
la razón). Aconsejaba fijar la mirada en ella, para
descansar la vista y relajar el nervio óptico; con
el mismo fin se utiliza hoy en día en Irak.
La diosa Isis fue representada en todo su
esplendor con una serpiente de esmeraldas
alrededor de su cabeza. En algunas culturas, es la
piedra de la “victoria espiritual”; simboliza el
poder mágico del mago, el núcleo de la sabiduría
divina, la piedra del filósofo y de los dioses. Es la
flor de Venus y Hathoor.
Desde el principio de la humanidad,
sanadores y chamanes la han utilizado con el
propósito de rejuvenecer y regenerar.
Controvertida, se dice que en ella se encierra el
Bien y el Mal.
Nerón miraba los combates de gladiadores
en el circo romano, a través de finas láminas de
Esmeralda. De esta forma, el reflejo del sol sobre
la arena no le molestaba en los ojos; sin
proponérselo había inventado las primeras gafas
de sol de la historia; de aquí la tradición de que
alivia la vista cansada.
En los harenes de los príncipes de la India
se construyeron baños enteramente revestidos
con estas gemas; eran utilizadas en mixturas y
bálsamos, guardándose en frascos del mismo
material para conservar así mejor sus
propiedades; se la consideraba símbolo del poder
espiritual y sabiduría.
Antiguos manuscritos afirman que el Santo Grial
era verde, porque se trataba de una gema que se había
caído de la frente de Lucifer, nombre que se le daba al
planeta Venus, cuando se ocultaba el Sol.
En la Edad Media ya se conocía su poder sobre el
sistema nervioso, pero era empleada para tratar a las
personas “poseídas”, para extraer la entidad maléfica
que se encontraba dentro de ellas. En realidad, muchas
de ellas eran asmáticas o epilépticas. También se la
tallaba en forma de cáliz y los señores feudales y los
reyes que bebían en ellos aseguraban recibir poderes
mágicos.
En la cristiandad es considerada como símbolo de
pureza, fe e inmortalidad. Es la cuarta piedra del pectoral
del sumo sacerdote y la gema de los apóstoles Juan el
Bautista y Santiago. Según un texto cristiano del siglo IV
esta gema era capaz de predecir acontecimientos
futuros.
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Qué bonitas historias que has ingresado. Nunca las había escuchado. Son cortas pero hacen meditar ......
ResponderEliminarGracias Niña de las Piedras. Saludos.
gracias a ti por leerlas
ResponderEliminarbesos gordos Lucho
Meha agustado mucho. Gracias
ResponderEliminarme alegro que te haya gustado
Eliminarsaludos
Isabel