El coral es un material orgánico de interés gemológico,
con una larga trayectoria mágica y medicinal; es
conocido por el hombre desde el Neolítico (10.000 a.C)
como protector de difuntos. Apreciado por griegos y
romanos, estos lo asociaban con la sangre como fuente
de vida.
Su naturaleza blanda en el agua, que se endurecía
al contacto con el aire, y su formación, fueron un
misterio durante siglos. >
El animal productor es un pólipo blanco de 2
milímetros; con ocho tentáculos en la parte superior
alrededor de la boca, y un disco en la parte inferior, que
le sirve de pie para agarrarse y a la vez segregar
“carbonato cálcico”. Encargado de la fabricación del eje
central, se encuentra recubierto por una corteza o
cenosardo. Estos animales viven en colonias de miles de
individuos, como una ciudad dispuesta en vertical y con
forma arborescente. Su reproducción se desarrolla en dos
fases: la ovogénesis, responsable del eje central de la
nueva colección, y la gemación, donde irán apareciendo
pólipos secundarios que aumentarán el tamaño y su
forma arbórea. Cuando el celentéreo muere, el cenosardo
se vuelve amarillo y desaparece.
La velocidad de crecimiento es variable de 20 mm
hasta 7 cm por año. Las condiciones para que esto se
produzca requieren aguas tranquilas con una
temperatura entre 13º C y 16º C, y una profundidad entre
10 y 300 metros, pudiendo llegar hasta los 700 metros.
Existen unas 20 especies, pero en joyería la más
utilizada es Corallium Rubrum, coral rojo del
Mediterráneo y 7 más del Pacífico.
Su composición es de microcristales de calcita, con
un 1 a un 34% de materia orgánica conquiolina, más un
4% de carbonato de magnesio y hierro; cuanta más
materia orgánica, más descienden sus ctes, y se oscurece
el color. Los más frágiles son el azul o acori, de la costa
occidental de África, y un rojo cobrizo procedente de la
isla de Samoa.
La especie mediterránea tiene una dureza de 3,5 y
su peso específico puede llegar hasta 2,70; con una
fractura irregular y astillosa, los colores van del
blanco, rosa claro,“piel de ángel” (muy valorado, unas
20 veces el valor del oro), rosa intenso
y varios tonos de rojo. Es sensible al
calor, a los ácidos y a determinados
sudores; con el uso se puede
deteriorar el color, aunque es
posible teñirlo o blanquearlo. La
industria más famosa se encuentra
en la Torre del Greco en Italia, aunque
en el siglo XVIII se exportaron
grandes cantidades a la India,
convirtiendo a Calcuta en el centro de
distribución de la India y poblaciones del
Himalaya.
HISTORIA
El coral figura entre las cinco piedras sagradas de
los tibetanos; representa el fuego, el calor y la luz; lo
ponen junto a Turquesas en sus joyas, porque el azul y el
verde simbolizan el aire y la tierra, y así unen las energías
naturales en una sola pieza.
Para los indios norteamericanos simboliza “la
fuerza vital”, lo que para los chinos es el “chi” o “ki”.
En Yemen, los momentos cruciales de la vida están
marcados por el coral; al recién nacido se le coloca una
pulsera para evitar que se ahogue con la leche materna;
está presente en la ceremonia de circuncisión y como
dote de una novia, por estar ambos unidos a la
procreación.
En la cultura gitana tiene un papel importante.
Protege a las mujeres de los espíritus malignos que les
susurran palabras al oído para volverlas locas; de ahí los
pendientes construidos con este material. El resto de
joyas de coral les asegura una vida larga y fértil.
GEMOTERAPIA
El médico árabe Avicena (980-1037) escribe de él:“Mejora
algunas molestias de la vista, regula las arritmias
cardíacas y eleva el estado anímico”. En Japón existe la
tradición de hacer elixir de coral rojo con agua de rosas
para limpiar y hacer más fluida la sangre.
Su principal y más importante entrada energética
en el cuerpo humano se produce en el vórtice sacro; se
dice de él que su vibración es tan fuerte a este nivel que
ayuda en problemas posturales de la columna vertebral.
También se utiliza para regular el ciclo menstrual
femenino; se usa junto a piedra luna. Al igual que en los
grupos de mujeres que tienen bastante contacto (por
ejemplo, trabajan juntas), el coral tiende a sincronizar sus
ciclos. Si se siguen las indicaciones del terapeuta, en
unos seis meses se nota el cambio.
También se ha utilizado como tónico cardíaco, en
problemas circulatorios y seniles asociados, mejorando la
memoria y la concentración. Hace siglos que se utiliza en
procesos psicóticos en donde se escuchen voces.
Trabaja bien junto a perlas, turquesas, ámbar y
malaquita, aliviando las angustias del alma, y aceptando
nuestras debilidades como parte de nosotros, sin
sentimientos de culpa y como principio del cambio.
La energía del coral es receptiva y sus planetas son
Venus y Marte. Sus elementos asociados el agua y
akasha, sus deidades son Tsis, Venus y La Gran Madre.
El coral considerado como colonia es inmortal, por
eso quien lo lleve se sentirá protegido por el espíritu de
sus antepasados.
texto © copyright
con una larga trayectoria mágica y medicinal; es
conocido por el hombre desde el Neolítico (10.000 a.C)
como protector de difuntos. Apreciado por griegos y
romanos, estos lo asociaban con la sangre como fuente
de vida.
Su naturaleza blanda en el agua, que se endurecía
al contacto con el aire, y su formación, fueron un
misterio durante siglos. >
El animal productor es un pólipo blanco de 2
milímetros; con ocho tentáculos en la parte superior
alrededor de la boca, y un disco en la parte inferior, que
le sirve de pie para agarrarse y a la vez segregar
“carbonato cálcico”. Encargado de la fabricación del eje
central, se encuentra recubierto por una corteza o
cenosardo. Estos animales viven en colonias de miles de
individuos, como una ciudad dispuesta en vertical y con
forma arborescente. Su reproducción se desarrolla en dos
fases: la ovogénesis, responsable del eje central de la
nueva colección, y la gemación, donde irán apareciendo
pólipos secundarios que aumentarán el tamaño y su
forma arbórea. Cuando el celentéreo muere, el cenosardo
se vuelve amarillo y desaparece.
La velocidad de crecimiento es variable de 20 mm
hasta 7 cm por año. Las condiciones para que esto se
produzca requieren aguas tranquilas con una
temperatura entre 13º C y 16º C, y una profundidad entre
10 y 300 metros, pudiendo llegar hasta los 700 metros.
Existen unas 20 especies, pero en joyería la más
utilizada es Corallium Rubrum, coral rojo del
Mediterráneo y 7 más del Pacífico.
Su composición es de microcristales de calcita, con
un 1 a un 34% de materia orgánica conquiolina, más un
4% de carbonato de magnesio y hierro; cuanta más
materia orgánica, más descienden sus ctes, y se oscurece
el color. Los más frágiles son el azul o acori, de la costa
occidental de África, y un rojo cobrizo procedente de la
isla de Samoa.
La especie mediterránea tiene una dureza de 3,5 y
su peso específico puede llegar hasta 2,70; con una
fractura irregular y astillosa, los colores van del
blanco, rosa claro,“piel de ángel” (muy valorado, unas
20 veces el valor del oro), rosa intenso
y varios tonos de rojo. Es sensible al
calor, a los ácidos y a determinados
sudores; con el uso se puede
deteriorar el color, aunque es
posible teñirlo o blanquearlo. La
industria más famosa se encuentra
en la Torre del Greco en Italia, aunque
en el siglo XVIII se exportaron
grandes cantidades a la India,
convirtiendo a Calcuta en el centro de
distribución de la India y poblaciones del
Himalaya.
HISTORIA
El coral figura entre las cinco piedras sagradas de
los tibetanos; representa el fuego, el calor y la luz; lo
ponen junto a Turquesas en sus joyas, porque el azul y el
verde simbolizan el aire y la tierra, y así unen las energías
naturales en una sola pieza.
Para los indios norteamericanos simboliza “la
fuerza vital”, lo que para los chinos es el “chi” o “ki”.
En Yemen, los momentos cruciales de la vida están
marcados por el coral; al recién nacido se le coloca una
pulsera para evitar que se ahogue con la leche materna;
está presente en la ceremonia de circuncisión y como
dote de una novia, por estar ambos unidos a la
procreación.
En la cultura gitana tiene un papel importante.
Protege a las mujeres de los espíritus malignos que les
susurran palabras al oído para volverlas locas; de ahí los
pendientes construidos con este material. El resto de
joyas de coral les asegura una vida larga y fértil.
GEMOTERAPIA
El médico árabe Avicena (980-1037) escribe de él:“Mejora
algunas molestias de la vista, regula las arritmias
cardíacas y eleva el estado anímico”. En Japón existe la
tradición de hacer elixir de coral rojo con agua de rosas
para limpiar y hacer más fluida la sangre.
Su principal y más importante entrada energética
en el cuerpo humano se produce en el vórtice sacro; se
dice de él que su vibración es tan fuerte a este nivel que
ayuda en problemas posturales de la columna vertebral.
También se utiliza para regular el ciclo menstrual
femenino; se usa junto a piedra luna. Al igual que en los
grupos de mujeres que tienen bastante contacto (por
ejemplo, trabajan juntas), el coral tiende a sincronizar sus
ciclos. Si se siguen las indicaciones del terapeuta, en
unos seis meses se nota el cambio.
También se ha utilizado como tónico cardíaco, en
problemas circulatorios y seniles asociados, mejorando la
memoria y la concentración. Hace siglos que se utiliza en
procesos psicóticos en donde se escuchen voces.
Trabaja bien junto a perlas, turquesas, ámbar y
malaquita, aliviando las angustias del alma, y aceptando
nuestras debilidades como parte de nosotros, sin
sentimientos de culpa y como principio del cambio.
La energía del coral es receptiva y sus planetas son
Venus y Marte. Sus elementos asociados el agua y
akasha, sus deidades son Tsis, Venus y La Gran Madre.
El coral considerado como colonia es inmortal, por
eso quien lo lleve se sentirá protegido por el espíritu de
sus antepasados.
texto © copyright
¿Qué tiene la capacidad de uniformar el ciclo de mujeres que, por ejemplo, trabajan juntas? .... he escuchado acerca de este fenómeno pero no sbía que el coral desempeña un rol en este extraño caso. .... y se me vienen otras ideas ..... :-( ....
ResponderEliminar¡Saludos NIña de las Piedras .... :-) ....!
¡Qué remoto historial!
ResponderEliminarhum.........
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